La Justicia Social, una planta que de vez en cuando debe ser regada, por el sacrificio de los que luchan por ella.

En este país nuestro, donde, la apatía se extiende rauda y veloz y, los ciudadanos se dedican a buscar un lugar donde esconderse. Hay un grupo de jóvenes que luchan en contra de la opresión. El estado se parapeta en la escoria social. Los desposeídos que, ante la incertidumbre de sus vidas, sirven al capital. Son utilizados como arma en contra de los que, teniendo una conciencia clara de la problemática del país, exponen sus vidas, ante, la acometida salvaje del capital. Al igual que en la Barcelona de la década del 20, los pistoleros del “sindicato patronal”, amenazan a los jóvenes estudiantes con agredirlos. Mientras, el "meloso" y taimado esbirro del gobierno, en su ultimátum alega, “sacar a patadas a los estudiantes”. Su jefe, aprueba las declaraciones de sus burócratas y rufianes esquiroles, de golpear y amenazar ha los estudiantes. Este, es el país en donde vivimos, esta es nuestra realidad.

Y el pueblo. ¿Donde esta, eso que llamamos “pueblo”? Escondido en sus casas esperando el funesto desenlace. Las uniones cobarde-mente cediendo espacio al gobierno. Los unisonados, esperando a ver si sus “lideres” los convocan. Y el ciudadano de a pie, atemorizado. Mientras, la legislatura, órgano que a probado ser el enemigo publico numero uno del pueblo, legisla sobre una “ayuda económica” que le “otorgara graciosamente” a los estudiantes, una trampa mas. El pueblo languidece, esperando tres cosas, un milagro, un líder y las próximas elecciones. Los perseguidos de ayer, los gatilleros y rufianes que antes trabajaban en lugares de mala muerte, en asociación con el gobierno, brindan “seguridad” en el primer centro docente del país. ¿De quien fue esta brillante idea?, esto no importa. Ya, a estas alturas, de verdad eso no importa. Ya hace tiempo que el gobierno se quito la mascara, de manera descarnada nos deja entrever que, se robaran lo que puedan e impedirán que el pueblo tan siquiera proteste. ¿Cual es la solución?, ¿qué tendremos que hacer para luchar en contra del fascismo? Esa respuesta anida en el corazón de los que han decidido luchar en contra de la opresión. La cosa no pinta fácil, pero, peor es, dejar que estos fascistas se salgan con la suya.